FRÁNCFURT, 22 feb (Reuters) – El Banco Central Europeo informó el jueves de una pérdida anual récord para 2023 y dijo que era probable que registrara más pérdidas, ya que sus agresivas subidas de tipos de interés le obligan a pagar miles de millones de euros a los bancos.
El BCE, que ha subido los tipos a un ritmo sin precedentes en los últimos dos años, tiene un abultado balance tras una década de estímulo financiero y los bancos comerciales ganan ahora fuertes intereses por los billones de euros que imprimió durante la era de inflación anémica.
“La pérdida… refleja la función y las medidas necesarias del Eurosistema para cumplir su mandato principal de mantener la estabilidad de precios y no afecta a su capacidad de aplicar una política monetaria eficaz”, declaró el BCE.
El BCE, banco central de la zona del euro formada por 20 países, declaró que sus pérdidas antes de la liberación de provisiones ascendían a 7.900 millones de euros, tras una pérdida de 1.600 millones de euros en 2022.
Una vez eliminadas todas las provisiones de riesgos, se arrastrará una pérdida de 1.300 millones de euros, que se compensará con futuros beneficios, según mostraron sus cuentas financieras.
El banco dijo que seguía estando bien capitalizado y que podría operar eficazmente con independencia de cualquier pérdida.
“Es probable que el BCE incurra en nuevas pérdidas en los próximos años como consecuencia de la materialización del riesgo de tipos de interés, antes de volver a obtener beneficios sostenidos”, afirmó el banco.
A diferencia de los bancos comerciales, un banco central puede operar con provisiones agotadas e incluso con fondos propios negativos. Sin embargo, estas pérdidas pueden plantear problemas de credibilidad, privar a los Estados de ingresos por dividendos y podrían influir en un debate inminente sobre un nuevo marco operativo.
El núcleo del problema es la operación de impresión de dinero a gran escala del BCE, el sello distintivo de sus esfuerzos de estímulo bajo el mandato del expresidente Mario Draghi.
El BCE imprimió dinero en efectivo para comprar bonos del Estado con la esperanza de que el crédito abundante y barato reavivara el crecimiento económico e impulsara la inflación de nuevo hasta el 2%. Cuando los tipos de interés eran negativos, esto tenía poco coste para el BCE, pero ahora debe pagar un tipo de interés del 4% por los fondos que entregó a los bancos.
Los bancos comerciales siguen acumulando un exceso de liquidez de 3,5 billones de euros en toda la zona euro y podría llevar incluso una década extraer este efectivo del sistema financiero sin provocar inestabilidad.
Mientras tanto, el BCE sólo obtiene unos modestos ingresos por intereses de los bonos que compró durante el plan de estímulo.
El balance del BCE también entraña cierto riesgo potencial, ya que el valor de estos mismos bonos ha caído bruscamente desde su compra. Pero el BCE ha decidido de nuevo no reducir su valor porque se mantienen hasta su vencimiento, en su mayoría con cupones fijos y tienden a tener una larga duración.
“El BCE puede operar eficazmente y cumplir su mandato primordial de mantener la estabilidad de precios independientemente de cualquier pérdida”, declaró.
(Reporte de Balazs Koranyi; edición de Christina Fincher)











