Por Tim Cocks y Nqobile Dludla
JOHANNESBURGO, 22 nov (Reuters) -Una cumbre de líderes del Grupo de los 20 en Sudáfrica adoptó el sábado una declaración que aborda la crisis climática y otros desafíos globales después de que fuera redactada sin la participación de Estados Unidos, en una medida que un funcionario de la Casa Blanca calificó de “vergonzosa”.
La declaración, que utiliza un lenguaje al que Washington se ha opuesto, “no puede ser renegociada”, dijo a la prensa el portavoz del presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, reflejando las tensiones entre Pretoria y la administración Trump sobre el evento.
“Estuvimos todo el año trabajando para esta adopción y la semana pasada ha sido bastante intensa”, dijo el portavoz.
Ramaphosa, anfitrión de la reunión de este fin de semana de los líderes del G20 -foto internacional que reúne a países desarrollados y en desarrollo- en Johannesburgo, había dicho anteriormente que había un “consenso abrumador” para una declaración de la cumbre.
Los enviados del G20 redactaron el viernes un borrador de declaración de los líderes sin la participación de Estados Unidos, según cuatro fuentes conocedoras del asunto.
La declaración utilizó el tipo de lenguaje que desde hace tiempo no gusta a la administración Trump: subrayando la gravedad del cambio climático y la necesidad de adaptarse mejor a él, alabando los ambiciosos objetivos para impulsar las energías renovables y señalando los castigadores niveles de servicio de la deuda que sufren los países pobres.
La mención al cambio climático fue un desaire al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que duda del consenso científico de que el calentamiento global esté causado por actividades humanas. Funcionarios estadounidenses habían indicado que se opondrían a cualquier referencia al respecto en la declaración.
En su discurso de apertura de la cumbre, Ramaphosa dijo: “Ha habido un consenso y un acuerdo abrumadores en que una de las otras tareas que debemos emprender desde el principio es (…) adoptar nuestra declaración”.
Agradeció a todas las delegaciones que habían trabajado junto a Sudáfrica “de buena fe para producir un documento final del G20 digno”.
“No debemos permitir que nada disminuya el valor, la estatura y el impacto de la primera presidencia africana del G20”, continuó.
Trump dijo que sus funcionarios no asistirían a la cumbre debido a las acusaciones, ampliamente desacreditadas, de que el Gobierno de mayoría negra del país anfitrión persigue a su minoría blanca.
El mandatario estadounidense también rechaza la agenda del país anfitrión de promover la solidaridad y ayudar a las naciones en desarrollo a adaptarse a los desastres climáticos, hacer la transición a energías limpias y recortar sus excesivos costos de endeudamiento.
En un principio, el boicot pareció frenar los planes de Ramaphosa de destacar el papel de Sudáfrica en la promoción de la diplomacia multilateral.
Estados Unidos acogerá el G20 en 2026 y Ramaphosa dijo que tendría que ceder la presidencia rotatoria a una “silla vacía”. La presidencia sudafricana ha rechazado la oferta de Estados Unidos de enviar al encargado de negocios estadounidense para el traspaso de poderes del G20.
(Reporte de Tim Cocks, Nqobile Dludla, Anathi Madubela, Alexander Winning, Nellie Peyton, Sfundo Parakozov y Sisipho Skweyiya; editado en español por Carlos Serrano)











