Por Liz Lee y Tim Kelly
PEKÍN/TOKIO, 21 nov (Reuters) -Los diplomáticos chinos de línea dura, conocidos como “guerreros lobo”, han vuelto a la escena mundial, suscitando críticas contra la primera ministra japonesa en países que sufrieron sus acciones militares durante la Segunda Guerra Mundial.
Quince días después de que la nueva dirigente nipona, Sanae Takaichi, dijo a los legisladores que un ataque a Taiwán que amenazara la supervivencia de Japón desencadenaría una respuesta militar de Tokio, China no ha frenado el ímpetu de los ataques en su contra.
“La comunidad internacional debería centrarse más en comprender las verdaderas intenciones de Japón y en saber si Japón puede seguir adhiriéndose a la vía del desarrollo pacífico”, afirmó Mao Ning, una portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Respondía así a una pregunta sobre la diplomacia de los “guerros lobo” de China, caracterizada por un estilo de compromiso mordaz y a menudo ácido en las redes sociales, formulada en una reunión informativa celebrada el viernes.
En Tokio, poco antes de partir hacia la cumbre de líderes del G2O en Sudáfrica, Takaichi afirmó que su postura no había cambiado y que su comentario no supone un cambio en la política de Japón hacia Taiwán.
China ha exigido en repetidas ocasiones que se retracte de los comentarios originales, a falta de lo cual ha amenazado con más contramedidas, tras advertir a sus ciudadanos de que no viajen a Japón, prohibir las importaciones de su marisco y expresar las críticas de sus diplomáticos en el extranjero.
El episodio original de la diplomacia del “guerrero lobo”, que se remonta a 2020 y toma su nombre de una popular franquicia cinematográfica china, supuso un alejamiento de la moderación que durante mucho tiempo había marcado el compromiso de Pekín con el mundo.
La primera señal de las renovadas tácticas de China surgió en Japón hace dos semanas, con una publicación en la red social X de su cónsul general en Osaka, pero posteriormente borrada.
“Hay que cortar el sucio cuello entrometido”, dijo el diplomático tras los comentarios de Takaichi. Pekín calificó el post de personal.
La discusión en línea ha relacionado el comentario con “La Marcha de la Espada”, una canción de guerra china de los años 30 que levantó la moral contra la invasión japonesa del país en ese periodo.
Su letra empezaba con las palabras “espadas alzadas sobre las cabezas de los demonios para cortarlas”.
Tras la publicación del diplomático, sus homólogos de los países anteriormente ocupados por Japón durante la guerra tomaron la palabra. Algunos apuntaron directamente a Takaichi, presentándola como una figura cuyo estilo de liderazgo suscita preocupación, e instaron a la cautela.
“Los crecientes llamados de Japón a la expansión militar merecen la vigilancia de todos los países que sufrieron los estragos de la guerra, y las recientes declaraciones de su nueva líder no hacen sino aumentar la preocupación”, publicó en X la embajada de China en Manila.
Las cuatro caricaturas que acompañaban a la publicación mostraban fantasmas en una representación del militarismo japonés que se cernían sobre Takaichi, y una la presentaba como bruja.
“La China de hoy ya no es la China del pasado”, afirmó la embajada. “Si Japón se atreve a llevar a cabo una intervención militar en el estrecho de Taiwán, constituirá un acto de agresión ¡y China, sin duda, devolverá el golpe con determinación!”.
Pekín reclama Taiwán -gobernado de forma democrática- como territorio propio y no ha descartado el uso de la fuerza para hacerse con el control de la isla. El Gobierno de Taiwán rechaza estas afirmaciones.
(Reporte de Liz Lee y Joe Cash en Pekín, Tim Kelly en Tokio y Ben Blanchard en Taipéi; editado en español por Carlos Serrano)










