Por Ananda Teresia y Stanley Widianto
YAKARTA, 7 nov (Reuters) -Las explosiones en una mezquita de Yakarta, capital de Indonesia, que causaron decenas de heridos durante la oración del viernes, podrían haber sido un ataque, según las autoridades, que identificaron a un estudiante de 17 años como presunto autor.
La policía informó de que 55 personas se encontraban hospitalizadas con heridas de leves a graves, incluidas quemaduras, tras las explosiones en la mezquita situada en el interior de un complejo escolar en la zona de Kelapa Gading.
“Nos sorprendió mucho el ruido, fue enorme. El corazón nos latía muy deprisa, no podíamos respirar y salimos corriendo”, cuenta Luciana, de 43 años, que en ese momento trabajaba en el comedor de la escuela. Describió las múltiples explosiones, las ventanas rotas y el pánico mientras decenas de personas huían del complejo.
“Pensé que había sido un problema eléctrico o que había explotado el equipo de sonido, pero no sabíamos exactamente qué había sido porque salimos corriendo justo cuando salía humo blanco de la mezquita”.
El vicepresidente de la Cámara de Representantes, Sufmi Dasco Ahmad, en declaraciones a medios de comunicación tras visitar un hospital, dijo que el joven sospechoso estaba siendo operado, sin dar más detalles ni el posible motivo.
El jefe de la policía nacional de Indonesia, Listyo Sigit Prabowo, dijo que el sospechoso era un estudiante de la escuela adyacente, y que se estaba investigando sus antecedentes y el motivo.
“Hemos identificado al presunto autor y actualmente estamos investigando su identidad, su entorno, incluido su domicilio y otras cosas”, dijo.
ESCENA CAÓTICA
Indonesia tiene un historial de ataques contra iglesias y objetivos occidentales, pero no contra mezquitas. La militancia islamista ha sido reprimida en gran medida en los últimos años.
La policía acordonó el recinto como una escena del crimen, con agentes vestidos de negro y armados con rifles de asalto, mientras que los vehículos de emergencia y blindados se alineaban en la calle.
El complejo se encuentra en una zona muy concurrida, en terrenos en gran parte propiedad de la marina, donde viven muchos militares y oficiales retirados.
En el lugar de los hechos, una fila de zapatos permanecía fuera de la mezquita pintada de verde, mientras los forenses examinaban las pruebas. En el suelo había una caja de limosnas y un ventilador dañados, pero no parecía haber daños estructurales importantes en el exterior.
“Estaba buscando a nuestros hijos, que van allí al colegio. Estaba abarrotado, vimos muchas víctimas heridas, algunas tenían la cara destrozada”, dijo Immanuel Tarigan, vecino de la zona.
La agencia de noticias estatal Antara citó al viceministro jefe de Seguridad, Lodewijk Freidrich, diciendo que hubo dos explosiones.
(Información de Stanley Widianto, Ananda Teresia, Willy Kurniawan y Johan Purnomo. Redacción de Gibran Peshimam; edición de Martin Petty y Andrew Cawthorne; edición en español de María Bayarri Cárdenas)











