Turquía planea permitir el regreso de combatientes del PKK bajo el plan de paz

Por Timour Azhari

7 nov (Reuters) -Turquía está preparando una ley para permitir que miles de combatientes y civiles del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, por sus siglas en turco) regresen a sus hogares desde sus escondites en el norte de Irak, en el marco de las negociaciones para poner fin a generaciones de guerra.

Un alto cargo de Oriente Próximo y una fuente de un partido político kurdo en Turquía afirmaron que la ley propuesta protegería a quienes regresaran a sus hogares, pero no llegaría a ofrecer una amnistía general para los delitos cometidos por antiguos milicianos. Según los planes, algunos líderes milicianos podrían ser enviados a terceros países.

La vuelta a casa de los guerrilleros del PKK y sus familias desde sus bases en el montañoso norte de Irak se considera uno de los últimos obstáculos en el proceso de paz iniciado hace un año para poner fin a una guerra en la que han muerto 40.000 personas.

Aunque responsables de ambas partes han hablado públicamente de los esfuerzos de reconciliación en términos generales, las fuentes revelaron detalles de los que no se había informado anteriormente, incluidas propuestas para que los retornos se produzcan en oleadas separadas de civiles y combatientes, y para que los comandantes sean enviados a terceros países.

El alto cargo de Oriente Próximo, que describió las delicadas negociaciones bajo condición de anonimato, dijo que la legislación para permitir los retornos podría presentarse ante el Parlamento turco este mismo mes.

EL PLAN PODRÍA INCLUIR OLEADAS SEPARADAS DE RETORNOS

La agencia de inteligencia turca MIT, que ha dirigido las conversaciones con el PKK, no comentó inmediatamente la propuesta. El PKK no hizo comentarios de inmediato.

Desde que los milicianos kurdos iniciaran su insurgencia en 1984 con el objetivo inicial de crear un Estado kurdo independiente, el conflicto ha supuesto una enorme carga económica y social para Turquía y los países vecinos.

Acabar con él reforzaría la estabilidad política y económica de Turquía, miembro de la OTAN, y aliviaría las tensiones en Irak, donde tiene su base el PKK, y en Siria, donde los combatientes kurdos se han aliado con las fuerzas estadounidenses.

El PKK anunció en mayo su decisión de desarmarse y disolverse tras el llamamiento a poner fin a su lucha armada de su líder encarcelado Abdulah Ocalan, un gran avance hacia la resolución del conflicto.

En julio, el grupo quemó armas de manera simbólica, y el mes pasado anunció que retiraba combatientes de Turquía como parte del proceso de desarme. También pidió a Ankara que permitiera a sus miembros participar en la “política democrática”.

No obstante, los términos de la reconciliación han sido delicados, ya que Turquía se muestra reticente a ofrecer una amnistía amplia por lo que considera crímenes pasados de una organización terrorista.

Numan Kurtulmus, que dirige una comisión de reconciliación creada por Turquía en agosto, dijo la semana pasada que cualquier paso legal solo se daría después de que Turquía verificara que el PKK había completado su proceso de disolución.

“Una vez que las unidades de seguridad e inteligencia de Turquía hayan verificado y confirmado que la organización ha depuesto realmente las armas y completado su proceso de disolución, el país entrará en una nueva fase de normativas legales encaminadas a construir una Turquía libre de terror”, dijo.

Según el alto cargo de Oriente Próximo, la propuesta que se está debatiendo ahora supondría el regreso en primer lugar de unos 1.000 civiles y no combatientes, seguidos de unos 8.000 combatientes tras una selección individual.

(Infomación de Timour Azhari en Bagdad; edición de Jonathan Spicer y Peter Graff; edición en español de Jorge Ollero Castela)

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