Por Lucinda Elliott y Monica Machicao
LA PAZ, 16 oct (Reuters) -El senador boliviano Rodrigo Paz busca sacar ventaja del sorprendente resultado que obtuvo en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Bolivia por sobre su rival conservador Jorge “Tuto” Quiroga para consagrarse en el balotaje que se desarrollará el próximo domingo.
Paz, que se presenta por el Partido Demócrata Cristiano, de centro, desafió las expectativas en la primera vuelta del 17 de agosto al obtener el 32 % de los votos, muy por encima de las predicciones de las encuestas.
Su programa moderado ha tenido eco entre los votantes desilusionados con el partido gobernante Movimiento al Socialismo, fundado por Evo Morales, que sufrió su peor derrota electoral en una generación en medio de una crisis económica cada vez más profunda.
“Bolivia no es socialista”, afirmó Paz durante un acto de campaña el mes pasado en el altiplano boliviano.
“Bolivia trabaja con capital, trabaja con platita (…) porque el 85% de la economía es informal”.
Paz, de 58 años, nació en España durante el exilio de su familia bajo la dictadura militar de Bolivia y se graduó en la American University de Washington. Su padre es el expresidente Jaime Paz Zamora, que gobernó Bolivia entre 1989 y 1993.
Paz junior comenzó su carrera política en Tarija, la región sureña productora de gas, ascendiendo gradualmente de concejal a senador.
Se ha posicionado como un candidato centrista, comprometiéndose a mantener los programas sociales para los pobres y promover, al mismo tiempo, el crecimiento impulsado por el sector privado. Su plan económico incluye incentivos fiscales para las pequeñas empresas y los trabajadores autónomos, así como una mayor autonomía fiscal para los gobiernos regionales.
“Las ideologías no dan de comer”, afirmó.
Al igual que su oponente Quiroga, ha declarado que quiere mejorar las relaciones diplomáticas con los países occidentales, incluido Estados Unidos, tras años en los que Bolivia se ha alineado con Rusia y China.
PROMESAS DE MANTENER LAS PRESTACIONES
Para ganarse a los votantes de izquierda que abandonaron a los socialistas pero que desconfían de los recortes prometidos por Quiroga, Paz ha adoptado un tono más populista que en la primera vuelta.
“Desde el día uno tendremos combustible, tendremos incentivos tributarios”, dijo Paz en un debate televisado el 12 de octubre. “Todos los beneficios sociales serán respetados”.
Los opositores dicen que esas promesas son poco realistas, y los economistas advierten que quien gane las eleccioens tendrá mucho trabajo por delante.
“El modelo de Bolivia ha llegado a su fin y el próximo gobierno debe navegar una economía ya profundamente en crisis”, afirmó Jonathan Fortun, del Instituto de Finanzas Internacionales.
“No se trata de si llegará el ajuste, sino de cuán rápido y disruptivo será”.
El apoyo a Paz en la primera vuelta se vio impulsado por su compañero de fórmula, Edman Lara, un expolicía conocido por sus vídeos virales en TikTok en los que denuncia la corrupción.
Pamela Espinoza, una comerciante de 32 años de La Paz, dijo que el dúo inspiraba más confianza que Quiroga.
“A Rodrigo Paz y Lara se los ha visto más cerca del pueblo”, dijo Espinoza, que votó por el empresario Samuel Doria Medina en la primera vuelta, pero ahora planea apoyar a Paz.
Las encuestas de opinión sugieren una reñida contienda. Quiroga lidera las intenciones de voto con un 42,9 %, por delante de Paz, con un 38,7%, según una encuesta realizada en octubre por Red Uno. Otra encuesta indicaba un giro tardío hacia Paz, con un 10 % de los votantes indecisos inclinándose hacia él.
(Información de Lucinda Elliott y Mónica Machicao. Información adicional de Daniel Ramos en La Paz y de Reuters Television. Editado por Eliana Raszewski)