PEKÍN, 16 oct (Reuters) -Medios estatales chinos publicaron el jueves una refutación de siete puntos a los llamamientos de Estados Unidos para que Pekín reduzca sus controles de tierras raras, mientras ambas partes luchan por superar una andanada de púas y acusaciones de cegarse mutuamente.
El representante de Comercio de EEUU, Jamieson Greer, calificó el miércoles las nuevas restricciones a la exportación de tierras raras de China como “un acaparamiento de poder de la cadena de suministro mundial”, y sugirió que Pekín podría evitar la amenaza del presidente Donald Trump de volver a imponer aranceles de tres dígitos sobre los productos chinos mediante el aplazamiento de las medidas que entrarán en vigor el 8 de noviembre.
Pekín sostiene que no solo notificó a Washington antes de anunciar el nuevo régimen de licencias, sino que los controles también son coherentes con las medidas vigentes desde hace tiempo en otras grandes economías.
Estados Unidos y China se han enzarzado en una guerra verbal desde una llamada telefónica en septiembre entre Trump y el líder chino Xi Jinping, en la que cada uno acusó al otro de avivar la tensión, semanas antes de una esperada reunión entre ambos.
Pekín atribuye el recrudecimiento de la retórica a la sorpresiva ampliación por parte del Departamento de Comercio de Estados Unidos de su “Lista de Entidades” a finales de septiembre para incluir a empresas de China y otros países que utilizan filiales para eludir las restricciones a la exportación de equipos de fabricación de chips y otros bienes de alta tecnología.
Washington atribuye el inicio al movimiento de minerales críticos de China, que Trump describió como “chocante”.
“Estados Unidos ha exagerado durante mucho tiempo las preocupaciones de seguridad nacional y ha abusado de los controles, adoptando prácticas discriminatorias contra China”, decía una de las siete infografías publicadas por el Diario del Pueblo, el periódico oficial del gobernante Partido Comunista. El cartel añadía que Washington mantiene una lista de control de más de 3.000 artículos, frente a los 900 del catálogo de Pekín.
“Aplicar tales controles a la exportación es coherente con la práctica internacional”, decía el primer cartel, reiterando la postura de Pekín sobre las medidas desde su anuncio.
Washington cuenta con normas similares desde la década de 1950 y las ha utilizado en los últimos años para impedir que empresas extranjeras de semiconductores vendan chips a China si se fabrican con tecnología estadounidense.
“Washington no debería sorprenderse por el ‘ojo por ojo’ de China”, decía un editorial del Global Times, un tabloide propiedad del Diario del Pueblo, que a menudo ha sido el primero en informar sobre los próximos pasos de China en los desacuerdos comerciales.
“El repentino cambio en la atmósfera comercial tomó a muchos por sorpresa, pero no es de extrañar”, continuaba el editorial.
“El desencadenante directo de esta ronda de tensiones fue el incumplimiento de promesas por parte de Washington, un patrón demasiado familiar”.
(Información de Joe Cash; edición de Stephen Coates; edición en español de María Bayarri Cárdenas)