Por Jasper Ward y Nidal al-Mughrabi y Alexander Cornwell
WASHINGTON/EL CAIRO/JERUSALÉN, 5 oct (Reuters) -El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, dijo el domingo que la guerra en Gaza aún no ha terminado, a pesar de que tanto Israel como Hamás están de acuerdo con partes del plan del presidente Donald Trump para la franja, mientras los gazatíes pedían una rápida implementación para poner fin al sufrimiento.
“Sabremos muy rápidamente si Hamás va en serio o no por cómo vayan estas conversaciones técnicas en términos de logística”, dijo Rubio a “Meet the Press” de NBC News sobre la liberación de rehenes de Gaza.
Hamás había recibido el viernes una respuesta positiva de Trump a su aceptación de ciertas partes clave de su propuesta de 20 puntos, como el fin de la guerra, la retirada de Israel y la liberación de rehenes israelíes y cautivos palestinos.
Pero el grupo dejó algunas cuestiones pendientes de negociación en las conversaciones en Egipto, así como preguntas sin respuesta, como si estaría dispuesto a desarmarse, una exigencia clave de Israel para poner fin a la guerra.
Los negociadores israelíes partirán hacia Egipto esta noche y se espera que las negociaciones sobre la liberación de los rehenes comiencen el lunes, un día antes del segundo aniversario de la guerra, según un portavoz del Gobierno israelí.
También se esperaba que una delegación de Hamás, encabezada por el jefe del grupo en el exilio en Gaza, Khalil Al-Hayya, aterrizara en El Cairo a última hora del domingo, para unirse a representantes de Estados Unidos y Qatar en las conversaciones sobre la puesta en marcha del esfuerzo más avanzado hasta la fecha para detener el conflicto.
ATAQUES DE ISRAEL CONTINÚAN
El plan ha despertado esperanzas de paz entre los palestinos, pero los ataques israelíes contra Gaza no han cesado: aviones y tanques han bombardeado zonas del enclave, matando al menos a 16 personas, según las autoridades sanitarias locales.
Cuatro de los fallecidos buscaban ayuda en el sur de la franja y cinco murieron en un ataque aéreo en la ciudad de Gaza a primera hora de la tarde.
Shadi Mansour se encontraba entre la destrucción dejada por un ataque aéreo israelí en el suburbio de Tuffah, en la ciudad de Gaza, el sábado, que mató a su hijo Ameer, de seis años, y a otras 16 personas.
“¿Es miembro de la resistencia? ¿Es un combatiente? Todos los objetivos del ejército israelí son niños”, dijo Mansour.
Las fuerzas israelíes advirtieron a los residentes que han abandonado la ciudad de que no regresen, diciendo que era una “zona de combate peligrosa”.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que había pedido el fin de los bombardeos, dijo el sábado en su plataforma Truth Social que Israel había acordado una “línea de retirada inicial” dentro de Gaza y que “cuando Hamás lo confirme, el alto el fuego será INMEDIATAMENTE efectivo”.
El palestino desplazado Ahmed Assad se mostró esperanzado cuando se conoció el plan de Trump, pero dijo que nada ha cambiado.
“Por desgracia, esto no se traduce sobre el terreno. No vemos ningún cambio en la situación, al contrario, no sabemos qué medidas tomar, ¿qué hacemos? ¿Nos quedamos en la calle? ¿Nos vamos?”, preguntó.
En Israel, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se encuentra atrapado entre la creciente presión para poner fin a la guerra -de las familias de los rehenes y de un público cansado de la guerra- y las exigencias de los miembros de línea dura de su coalición que insisten en que no debe haber tregua en la campaña de Israel en Gaza.
El ministro de Finanzas de extrema derecha, Bezalel Smotrich, dijo en X que detener los ataques a Gaza era un “grave error”.
Smotrich y el ministro de Seguridad, Itamar Ben-Gvir, también de línea dura, tienen una influencia significativa en el Gobierno de Netanyahu y han amenazado con derribarlo si termina la guerra de Gaza.
(Contribución de Jaidaa Taha en El Cairo, Mahmoud Issa en Gaza y Miro Maman en Tel Aviv; Redacción de Michael Georgy.Edición en español de Javier López de Lérida)