Por Valerie Volcovici y Lisandra Paraguassu
BELEM, BRASIL, 15 nov (Reuters) -Por primera vez en tres décadas, Estados Unidos no asiste a la cumbre internacional anual de la ONU sobre el clima, por lo que China ha pasado a ocupar un lugar destacado en la lucha contra el calentamiento global.
El pabellón de su país domina el vestíbulo de entrada del extenso recinto de conferencias de la COP30 en la ciudad amazónica brasileña de Belem, ejecutivos de sus mayores empresas de energías limpias presentan sus visiones de un futuro verde a grandes audiencias en inglés, y sus diplomáticos trabajan entre bastidores para garantizar unas conversaciones constructivas.
Ésas eran las funciones de Washington, pero ahora residen en Pekín.
“El agua fluye hacia donde hay espacio, y la diplomacia suele hacer lo mismo”, declaró a Reuters Francesco La Camera, director general de la Agencia Internacional de Energías Renovables.
En su opinión, el dominio de China en energías renovables y vehículos eléctricos está reforzando su posición en la diplomacia climática.
La transformación de China de una presencia discreta en las cumbres de la Conferencia de las Partes de la ONU a un actor más central que busca la atención del mundo refleja un cambio en la lucha contra el calentamiento global desde el regreso al poder del presidente estadounidense Donald Trump.
Escéptico durante mucho tiempo del cambio climático, Trump ha vuelto a retirar a Estados Unidos -el mayor emisor histórico del mundo- del histórico Acuerdo internacional de París para limitar el calentamiento global. Este año, por primera vez, se negó a enviar una delegación oficial de alto nivel para representar los intereses estadounidenses en la cumbre.
“El presidente Trump no pondrá en peligro la seguridad económica y nacional de nuestro país para perseguir objetivos climáticos vagos que están matando a otros países”, dijo a Reuters la portavoz de la Casa Blanca, Taylor Rogers.
Pero los críticos advierten de que la retirada de Estados Unidos del proceso cede un valioso terreno en las negociaciones sobre el clima, especialmente a medida que China, actualmente el mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo, expande rápidamente sus industrias renovables y de vehículos eléctricos.
“China lo entiende”, afirmó el Gobernador de California, Gavin Newsom, durante una visita a la conferencia a principios de esta semana. “Estados Unidos está frito competitivamente, si no despertamos a lo que están haciendo en este espacio, en las cadenas de suministro, cómo están dominando la fabricación, cómo están inundando la zona”.
UN MUNDO HERMOSO
A diferencia de años anteriores, en los que China tenía un modesto pabellón con apenas un puñado de asientos disponibles para paneles principalmente técnicos y académicos, su pabellón de la COP30 ocupa un espacio privilegiado cerca de la entrada, junto al país anfitrión, Brasil.
Tazas de café sostenible chino de origen único, juguetes de panda y artículos de marca atraen a los transeúntes, que pueden asistir a las presentaciones de funcionarios chinos y ejecutivos de las mayores empresas de energías renovables del mundo.
“Hagamos honor al legado y cumplamos la visión de París [el acuerdo] guiados por la visión de un futuro compartido”, dijo el jueves ante el público Meng Xiangfeng, vicepresidente de la china CATL, el mayor fabricante de baterías del mundo.
“Avancemos en la cooperación climática y construyamos juntos un mundo limpio y hermoso”.
El gigante de las baterías suministra ya un tercio de las baterías de fabricantes de vehículos eléctricos como Tesla, Ford y Volkswagen. Era la primera vez que CATL organizaba un acto en una COP, con la intención de llegar a un público de gobiernos y ONG.
Esa misma tarde, el viceministro chino de Ecología, Li Gao, declaró ante un auditorio repleto que la posición de China como primer productor mundial de energías renovables “beneficia a los países, especialmente a los del Sur Global”.
También hicieron presentaciones State Grid, la mayor empresa eléctrica del mundo, y los gigantes de la energía solar Trina y Longi.
El gigante chino de la automoción eléctrica BYD presentó una flota de vehículos híbridos enchufables compatibles con el biocombustible fabricados en su planta de Bahía (Brasil) para su uso en la COP30.
Tanto el presidente de la COP, Andre Correa do Lago, como la directora general de la COP30, Ana de Toni, han elogiado el papel de China como líder tecnológico en energías limpias.
“China ha demostrado su liderazgo no sólo llevando a cabo su propia revolución energética, sino que con la capacidad de escala de China, ahora también podemos comprar bajas emisiones de carbono… a precios competitivos”, declaró de Toni a Reuters.
“China está muy decidida no solo a seguir siendo un líder muy estable en el Acuerdo de París, fortaleciendo la gobernanza climática, sino también a tomar medidas muy prácticas para apoyar a otros países.”
ENTRE BASTIDORES
China está desempeñando un papel más sutil entre bastidores en las negociaciones, llenando el vacío dejado por Estados Unidos, que era conocido por aglutinar a los gobiernos en favor de un acuerdo, según diplomáticos actuales y anteriores implicados en las negociaciones.
“Poco a poco, China está actuando como garante del régimen climático”, afirmó un alto diplomático de una economía emergente. “Han invertido mucho en la economía verde. Si hay algún tipo de involución, saldrán perdiendo”.
Un diplomático brasileño afirmó que China desempeñó un papel clave a la hora de ayudar a alcanzar un acuerdo sobre la agenda de la COP30 antes incluso de que comenzaran las negociaciones, mientras que en años anteriores sus diplomáticos no se implicaban a menos que hubiera algún asunto clave para ellos.
Sue Biniaz, que fue enviada adjunta de Estados Unidos para asuntos climáticos bajo el mandato de John Kerry y una de las principales artífices del Acuerdo de París, afirmó que China tiene la capacidad de aunar los intereses más diversos del mundo en desarrollo, desde las grandes economías emergentes como los BRICS hasta las pequeñas naciones en desarrollo. Trabajó estrechamente con sus homólogos chinos en cuatro acuerdos climáticos bilaterales, incluido el que desbloqueó el Acuerdo de París.
“Tienden a ser muy duros, a adoptar posturas duras como hizo Estados Unidos, pero luego son pragmáticos hacia el final”, declaró a Reuters.
Biniaz dijo que aún no estaba convencida de que China estuviera desempeñando un papel de liderazgo más allá de los pabellones.
“Si hubieran querido, habrían puesto un objetivo de reducción de emisiones más ambicioso”, dijo, refiriéndose al anuncio de China en septiembre de que reduciría las emisiones al menos un 7% respecto a su pico para 2035.
Li Shuo, un veterano observador de China en las negociaciones de la ONU sobre el clima que dirige el China Climate Hub en el Asia Society Policy Institute, rebatió que la posición tecnológica de China ya era una muestra de liderazgo político porque sus empresas estaban haciendo que los compromisos de la ONU fueran alcanzables.
“El país más poderoso no es el que tiene el micrófono más alto en la COP”, dijo, “sino el que realmente produce e invierte en tecnologías bajas en carbono”.
(Reportaje de Valerie Volcovici y Lisandra Paraguassu en Belem, edición de Richard Valdmanis y Nia Williams, Editado en español por Juana Casas)










