Por Nidal al-Mughrabi
EL CAIRO, 14 nov (Reuters) -Desde la regulación del precio del pollo hasta la imposición de tasas a los cigarrillos, Hamás intenta ampliar el control sobre Gaza a medida que los planes de Estados Unidos para su futuro van tomando forma, afirman los gazatíes, lo que aumenta las dudas de sus opositores sobre si cederá autoridad como prometió.
Tras el alto el fuego iniciado el mes pasado, Hamás restableció rápidamente su control sobre las zonas de las que se retiró Israel, matando a decenas de palestinos a los que acusó de colaborar con Israel, robo u otros delitos. Las potencias extranjeras exigen al grupo que se desarme y abandone el gobierno, pero aún no han acordado quién los sustituirá.
Ahora, una docena de gazatíes dicen sentir cada vez más el control de Hamás de otras formas. Las autoridades controlan todo lo que entra en las zonas de Gaza controladas por Hamás, imponen tasas a algunos productos importados de forma privada, como el combustible y los cigarrillos, y multan a los comerciantes que cobran de más por los productos, según 10 de los gazatíes, tres de ellos comerciantes con conocimiento directo.
Ismail al-Thawabta, jefe de la oficina de medios de comunicación del gobierno de Hamás, afirmó que las noticias de que Hamás estaba gravando los cigarrillos y el combustible eran inexactas, y negó que el gobierno estuviera subiendo los impuestos.
UN ANALISTA CONSIDERA QUE HAMÁS SE ESTÁ ATRINCHERANDO
Las autoridades solo estaban llevando a cabo tareas humanitarias y administrativas urgentes al tiempo que hacían “grandes esfuerzos” para controlar los precios, afirmó Thawabta. Reiteró la disposición de Hamás a ceder el poder a un nuevo Gobierno tecnocrático, afirmando que su objetivo era evitar el caos en Gaza: “Nuestro objetivo es que la transición transcurra sin sobresaltos”.
Hatem Abu Dalal, propietario de un centro comercial de Gaza, dijo que los precios eran altos porque no entraban suficientes productos en Gaza. Los representantes del Gobierno estaban intentando poner orden en la economía, recorriendo la zona, comprobando las mercancías y fijando los precios, afirmó.
Mohamed Jalifa, de compras en la zona de Nuseirat, en el centro de Gaza, dijo que los precios cambiaban constantemente a pesar de los intentos de regularlos. “Es como una bolsa de valores”, dijo.
“Los precios son altos. No hay ingresos, las circunstancias son difíciles, la vida es dura y se acerca el invierno”, dijo.
El plan para Gaza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, consiguió un alto el fuego el 10 de octubre y la liberación de los últimos rehenes vivos capturados durante los ataques contra Israel dirigidos por Hamás el 7 de octubre de 2023.
El plan prevé el establecimiento de una autoridad de transición, el despliegue de una fuerza de seguridad multinacional, el desarme de Hamás y el inicio de la reconstrucción.
Pero Reuters, basándose en múltiples fuentes, informó esta semana de que la partición de facto de Gaza parecía cada vez más probable, con las fuerzas israelíes aún desplegadas en más de la mitad del territorio y los esfuerzos por avanzar en el plan vacilando.
Casi todos los 2 millones de habitantes de Gaza viven en zonas controladas por Hamás, que arrebató el control del territorio a la Autoridad Palestina (AP) del presidente Mahmud Abás y a su Movimiento Fatah en 2007.
Ghaith al-Omari, investigador principal del centro de estudios Washington Institute, afirmó que las acciones de Hamás pretendían demostrar tanto a los gazatíes como a las potencias extranjeras que no se les puede eludir.
“Cuanto más espere la comunidad internacional, más se afianzará Hamás”, afirmó Omari.
(Información adicional de Ali Sawafta en Ramala y Tom Perry; redacción de Tom Perry; edición de Philippa Fletcher; edición en español de María Bayarri Cárdenas)











