Por Nicolás Misculin
BUENOS AIRESoct (Reuters) -La derrota de la oposición peronista en las elecciones de medio término de Argentina expuso las debilidades de un partido fragmentado y podría aumentar las tensiones internas mientras sus líderes trazan el futuro del espacio.
Según distintas fuentes del partido y analistas, el peronismo apostaría por alianzas con otras fuerzas de centro y de la centroizquierda para enfrentar al presidente de derecha radical Javier Milei en los comicios presidenciales de 2027.
Pese a la crisis financiera y las acusaciones de corrupción, La Libertad Avanza -el partido de Milei- logró en los comicios de medio término el 40,7% de los votos, nueve puntos más que el peronismo de centroizquierda, lo que disparó pedidos de renovación en el principal partido opositor.
El gobernador de la populosa provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, sigue siendo considerado uno de los principales líderes del espacio al igual que la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner, pero la derrota dejó en claro que ninguna de las dos figuras -enfrentadas entre sí tras un prolongado vínculo- es suficiente para ganar comicios.
La expresidenta, además, se halla imposibilitada de competir en elecciones porque cumple arresto domiciliario por un caso de corrupción.
“El peronismo tiene dos grandes problemas asociados: uno de liderazgo y otro de reputación. Sin que haya una regeneración dirigencial, el peronismo va a necesitar mucho fracaso de Milei para volver a ser una opción atractiva de cara al 2027”, afirmó el analista Lucas Romero, de la consultora Synopsis.
El peronismo, que aglomera a dirigentes de distintas ideologías aunque actualmente es liderado por la centroizquierda que representan Kicillof y el “kirchnerismo” de Cristina Fernández, aún despierta grandes amores y odios entre los argentinos, especialmente tras su fallida gestión de 2019-2023, en la que Fernández fue vicepresidenta.
El tradicional partido atraviesa “un momento históricamente débil”, de acuerdo con Romero, quien consideró que parte del revés electoral reciente obedeció a un voto “antiperonista” por su reputación negativa.
“Nosotros apostamos a construir a partir de ahora un espacio mucho más amplio, una alternativa que le gane a Milei en 2027”, aseguró a Reuters Jesica Rey, ministra de Comunicación de la provincia de Buenos Aires.
Si bien Milei logró bajar la inflación a casi el 30% anual desde el nivel de tres dígitos que había alcanzado durante la última gestión peronista, muchos expertos consideran que el estancamiento de la economía tras un fuerte ajuste del gasto público podría cubrir de piedras el camino del presidente ultraliberal hacia 2027.
“Primero nos tenemos que poner de acuerdo en un programa de Gobierno, en cómo salimos del desastre que va a ser la Argentina en 2027, porque va a ser tan crítica la situación que va a demandar una mirada amplia, comprensiva y totalmente sin ataduras”, añadió Rey.
Aunque el oficialismo incrementó sustancialmente su cantidad de diputados y senadores en un Congreso que hasta ahora le resultaba adverso, el peronismo aún es la primera minoría en el Parlamento y cuenta con gran cantidad de gobernadores y alcaldes que lo vuelven la principal fuerza del país.
Sin embargo, su renovación no asoma sencilla por la resistencia que genera en gran parte de la sociedad la figura divisiva de Cristina Fernández -presidenta de 2007 a 2015-, quien mantiene una alta popularidad pero también genera fuertes enconos entre los argentinos por casos de corrupción.
Dos fuentes de otras facciones del peronismo señalaron bajo condición de anonimato que el partido está abierto a nuevas coaliciones, aunque discreparon sobre el alcance que podrían tener. “Algunos no tienen ninguna voluntad de juntarse con el kirchnerismo”, dijo una fuente cercana a Fernández.
Antes de gobernar Buenos Aires, Kicillof fue por años ministro de Economía de Fernández, de quien muchos aliados le piden alejarse definitivamente para evitar ser asociado a su imagen negativa y para buscar nuevas sociedades. Pero la exmandataria mantiene una cuota de poder y popularidad que vuelve compleja la decisión.
“Kicillof ya ha planteado sus diferencias, pero no se va a producir ninguna ruptura, más allá de las diferencias”, destacó la analista Marina Acosta, de la consultora Analogías.
Para Romero, la consolidación de Milei generará tarde o temprano un agrupamiento de los partidos de centroizquierda “siempre y cuando el peronismo ofrezca el sacrificio de dar vuelta la página del kirchnerismo y Cristina pierda relevancia”.
(Reporte de Nicolás Misculin, editado por Lucila Sigal y Walter Bianchi)










