Por Elizabeth Pineau
DREUX, Francia, 31 oct (Reuters) -El conde de París, cuya bisabuela llevó en su día la tiara de zafiro robada del museo del Louvre, ha suplicado a los ladrones que devuelvan intactas las joyas robadas por el bien del patrimonio de Francia y de su familia.
“Devuélvannos nuestras joyas, aún hay tiempo”, dijo Jean d’Orléans, descendiente directo de reyes franceses, en declaraciones a Reuters en el dominio real de Dreux, a 70 kilómetros al suroeste de París.
“Es algo personal e íntimo”, dijo d’Orléans, de 60 años, mientras hojeaba fotografías familiares en las que aparecía su bisabuela, la duquesa de Guisa, luciendo la tiara de zafiros y diamantes de Ceilán en 1931. “Estas joyas se llevaban en ocasiones especiales, eventos familiares, a veces también para crear un retrato específico”.
Otra fotografía muestra la tiara que lució por última vez la abuela de d’Orléans, Isabelle d’Orléans-Bragance, en la boda de la princesa Astrid de Bélgica en 1984, antes de que su abuelo la vendiera al museo en 1985 por 5 millones de francos.
ROBO DE 102 MILLONES DE DÓLARES
El atraco, perpetrado a plena luz del día, ha dejado a Francia estupefacta por su audacia y por los fallos de seguridad que permitieron a los intrusos hacerse con tesoros nacionales valorados en más de 100 millones de dólares en una operación que duró apenas unos minutos.
Se trata del mayor robo cometido en el Louvre desde el de la “Mona Lisa” en 1911. La policía ha efectuado múltiples detenciones.
Los ocho objetos robados datan del siglo XIX y pertenecieron a la realeza francesa o a los gobernantes imperiales del país.
Entre ellos figuraban la tiara, un collar y un único pendiente del juego de zafiros que perteneció a las reinas María Amelia y Hortensia.
Una tiara y un broche pertenecientes a la emperatriz Eugenia, así como un collar de esmeraldas y un par de pendientes de esmeraldas que Napoleón regaló a la emperatriz María Luisa con motivo de su matrimonio, también formaban parte del botín de los ladrones.
El juego de zafiros, adquirido en 1821 por el rey Luis Felipe a la reina Hortensia, permaneció en la familia Orleans durante más de un siglo antes de ser expuesto al público.
“PATRIMONIO DE VALOR INCALCULABLE”
El conde instó a los ladrones a devolver las joyas intactas.
“Para nuestra familia, para el pueblo francés, es importante que estas joyas vuelvan a su vitrina del Louvre”, dijo en un gran salón con retratos de monarcas franceses como Enrique IV, Luis XIII, Luis XIV y María Antonieta. Debería utilizarse una sala renovada y más segura, añadió.
El conde, que imploró a las autoridades que exijan responsabilidades a quienes hayan cometido negligencias en el robo del 19 de octubre, comparó la reacción del público ante el atraco con la efusión de emoción tras el incendio de la catedral de Notre-Dame en 2019.
“Es un patrimonio de valor incalculable”, dijo. “Tenemos que recuperarlo”.
(Información de Elizabeth Pineau; edición de Richard Lough y Conor Humphries; edición en español de María Bayarri Cárdenas)












