Por Balazs Koranyi y Francesco Canepa
FRÁNCFORT, 30 oct (Reuters) -Es casi seguro que el Banco Central Europeo mantendrá los tipos de interés sin cambios por tercera vez consecutiva el jueves, disfrutando de un inusual momento de baja inflación y crecimiento constante, incluso frente a las turbulencias causadas por las cambiantes relaciones comerciales.
El BCE recortó los tipos en un total de dos puntos porcentuales hasta junio, pero se ha mantenido al margen desde entonces, dejando claro que no tiene prisa por cambiar de política monetaria, dado que la inflación está dentro del objetivo, un punto óptimo que ni la Reserva Federal, ni el Banco de Inglaterra, ni el Banco de Japón han alcanzado.
Pese a que los 88 economistas encuestados por Reuters no prevén cambios en los tipos este mes, es improbable que la presidenta del BCE, Christine Lagarde, cierre la puerta a una mayor relajación de la política monetaria, ya que el siempre cambiante régimen arancelario de Estados Unidos todavía tiene que abrirse camino en la economía, lo que mantiene elevada la incertidumbre y aumenta el riesgo de que la inflación baje demasiado.
NO SE DEBE TOCAR DEMASIADO LA POLÍTICA MONETARIA
Por ahora, Lagarde se aferrará probablemente al mantra del BCE de que la política monetaria está en un “buen lugar” y los datos que vayan llegando guiarán a los dirigentes monetarios, que pueden lidiar con pequeñas desviaciones del objetivo de inflación y no tratarán de “ajustar en exceso” la política monetaria.
“Seguimos pensando que la carga de la prueba sigue estando en que los datos se deterioren para justificar nuevos recortes”, dijo BNP Paribas en una nota a clientes. “El listón para nuevos recortes de tipos es relativamente alto, en nuestra opinión, incluso en el caso de que algunos miembros del consejo quieran mantener sobre la mesa la opción de un recorte de ‘gestión de riesgos'”.
Los datos desde la última reunión han sido coherentes con la última previsión del BCE de un crecimiento modesto pero constante y una inflación que se mantenga en torno al objetivo.
La actividad empresarial, medida en una encuesta de gestores de compras, se está acelerando, la confianza en Alemania, el mayor país del bloque, está mejorando y las empresas se están volviendo más optimistas, en parte porque la niebla sobre los aranceles está empezando a disiparse.
Estos informes relativamente optimistas se ven contrarrestados por datos menos brillantes que muestran que la industria sigue sufriendo, que las exportaciones a Estados Unidos se han reducido drásticamente y que cada vez hay más pruebas de que China está practicando el ‘dumping’ en los mercados europeos con productos que no puede vender en Estados Unidos.
¿DURARÁ EL “BUEN LUGAR”?
La verdadera pregunta entonces es si las perspectivas pueden mantenerse en un equilibrio tan frágil.
“Con el impacto negativo de los aranceles empezando a materializarse, la resistencia del mercado laboral en entredicho, el desvío del comercio chino a Europa ya produciéndose y el mercado del petróleo bien abastecido a pesar de las recientes sanciones de EEUU a los mayores productores de petróleo de Rusia, el riesgo de que el BCE no alcance su objetivo de inflación a medio plazo es real”, dijo UniCredit.
Según Philip Lane, economista jefe del BCE, este riesgo reforzaría los argumentos a favor de un tipo de interés “ligeramente más bajo”, un mensaje coherente con los precios del mercado, que sitúan en un 50% la probabilidad de un último recorte antes del próximo mes de junio.
Sin embargo, la mayoría de los economistas y una larga lista de responsables de política monetaria siguen considerando que los tipos se mantendrán donde están actualmente, partiendo de la premisa de que la incertidumbre se desvanecerá, los hogares disponen de abundantes ahorros que gastar y el Gobierno alemán está aumentando fuertemente el gasto.
“La estabilidad del mercado laboral, el crecimiento del sector servicios y el estímulo fiscal alemán impulsarán la economía de la zona euro en los próximos meses”, dijo Felix Schmidt, economista de Berenberg.
La inflación podría seguir por debajo del objetivo del BCE el año que viene, pero se prevé que vuelva a subir y los dirigentes monetarios han dejado claro que pueden tolerar desviaciones temporales.
La verdadera prueba de esta tolerancia no llegará hasta diciembre, cuando el banco presente nuevas proyecciones, incluidas las estimaciones iniciales para 2028.
(Información de Balazs Koranyi; edición de Kirsten Donovan; edición en español de Jorge Ollero Castela)










