Por Javier Leira
SANTIAGO, 19 oct (Reuters) -La selección de fútbol de Marruecos dio la sorpresa el domingo y venció 2-0 a Argentina para conquistar el Mundial sub-20, su primer título planetario de la historia, con un doblete de Yassir Zabiri en la primera parte.
Con el triunfo, Marruecos se convirtió en el segundo equipo africano en conquistar el título sub-20, después de que Ghana lo hiciera en 2009. También puso fin a la campaña perfecta de Argentina, que había ganado sus seis partidos previos en el torneo que se disputó en Chile, y acabó con el sueño de una séptima corona de la “albiceleste” en la categoría.
Marruecos abrió el marcador en la primera jugada clara del partido jugado en el Estadio Nacional de Santiago, a los 12 minutos, con un remate de tiro libre de Zabiri al palo del arquero que Santino Barbi no pudo contener.
Desde el comienzo, el elenco africano apostó por los pelotazos largos desde la zaga para explotar la velocidad de sus delanteros, saltándose sistemáticamente el centro del campo para progresar en ataque.
Marruecos volvió a pegar a los 29 tras un veloz contraataque por la derecha de Othmane Maamma, quien llegó al fondo y, tras eludir a su marcador, lanzó un centro al segundo palo que fue conectado por Zabiri.
El equipo africano mostró su comodidad cediendo el control total de la posesión a Argentina, que sin claridad no lograba llevar peligro al área rival.
Argentina tuvo la más clara en el cierre de la primera parte, cuando Mateo Silvetti definió cruzado tras un contraataque por el sector derecho, pero su remate salió apenas desviado. Un minuto después Marruecos tuvo una ocasión doble, en los pies de Maamma y de Smail Bakhty, pero no pudo convertir.
Zabiri volvió a llevar peligro recién iniciadas las acciones, con un remate que salió rozando un poste.
El desarrollo no cambió demasiado en la segunda mitad, con Marruecos controlando el trámite del encuentro sin el balón, mientras Argentina seguía sin ideas en la creación de juego.
Gianluca Prestiani intentó una y otra vez para los sudamericanos, pero sus compañeros no estaban en sintonía y sus ataques terminaban diluyéndose.
El cierre del partido mostró a Argentina tratando de descontar, pero sin generar peligro, y Marruecos totalmente replegado en su campo, contraatacando de forma cada vez más esporádica.
El pitazo final desató la locura del plantel ganador, apoyado ruidosamente por sus hinchas y por el público local. Los jugadores salieron disparados a celebrar con su gente detrás de uno de los arcos, en un festejo que duró varios minutos y hasta el inicio de la ceremonia de premiación.