Inversores consideran crucial el apoyo del FMI al nuevo presidente de Bolivia

Por Marc Jones

LONDRES, 20 oct (Reuters) – Los inversores celebraron la victoria en las elecciones presidenciales bolivianas del candidato centrista Rodrigo Paz en la reapertura de los mercados el lunes, pero advirtieron de que ahora se enfrenta a un gran reto para arreglar la economía, y probablemente tendrá que moderar su resistencia al apoyo del FMI.

La victoria de Paz, senador del Partido Demócrata Cristiano, en la segunda vuelta del domingo marcó un cambio histórico para el país sudamericano, gobernado casi ininterrumpidamente desde 2006 por el partido Movimiento al Socialismo (MAS) de Bolivia.

La plataforma de Paz -que promete mantener los programas sociales e fomentar el crecimiento impulsado por el sector privado- pareció resonar entre los votantes de izquierdas que normalmente votarían al MAS, pero los economistas temen que no sea lo bastante radical dada la difícil situación del país.

La inflación se ha acelerado a niveles desconocidos desde la crisis de mediados de la década de 1980, el déficit fiscal se sitúa en torno al 10% del PIB y las reservas de divisas están agotadas, mientras que la disminución de las exportaciones de gas hace que la moneda se negocie con un enorme descuento en las calles frente al cambio oficial.

“No veo muchas alternativas a un programa del FMI, pero la cuestión clave para el mercado es cómo se materializa”, dijo Graham Stock, de RBC BlueBay, refiriéndose a cómo Paz, de 58 años, había expresado su reticencia durante su campaña a profundizar en su compromiso con el Fondo.

Los intermediarios cotizaban los bonos internacionales del país denominados en dólares para 2028 y 2030 a precios de venta y compra de 82,5-84,5 y 83,0-85,0 centavos de dólar, respectivamente, al inicio de las operaciones locales.

En líneas generales, los precios están en línea con los máximos que alcanzaron la semana pasada, antes de la votación, tras haberse situado hace un año en torno a los 60 centavos por cada dólar.

Paz asumirá el cargo el 8 de noviembre. Su partido no tiene mayoría en la asamblea legislativa, por lo que se verá obligado a forjar alianzas para gobernar, pero el legislativo ahora estará dominado por partidos centristas y de derechas.

La clave, sin embargo, será si la opinión pública aceptará las medidas que Paz tendrá ahora que recetar.

“Lo más probable es que tenga el tradicional periodo de luna de miel de 100 días para impulsar su programa, pero después las cosas podrían ponerse muy difíciles”, dijo el director gerente de Jefferies, Javier Kulesz.

El expresidente socialista, “Evo Morales, sigue teniendo sus seguidores, lo que podría convertirse en una fuente de tensión política y presión callejera una vez que el ajuste empiece a hacer mella”, añadió.

NECESIDAD DE RESTRUCTURACIÓN

Los analistas del banco de inversión estadounidense Citi señalaron que se trata más de la rapidez con la que Paz acuda al FMI que de si lo hará, ya que ahora se necesita algún tipo de reestructuración.

A pesar de la aparente negativa de Paz a un programa del FMI, un funcionario de la institución dijo el viernes que había hablado tanto con Paz como con su rival en la carrera electoral, el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, antes de la votación.

Con la economía desorganizada y apenas reservas de divisas suficientes para cubrir dos meses de importaciones, otros han advertido de que la crisis podría llegar en marzo, cuando el nuevo Gobierno de Paz tenga que hacer frente a pagos de deuda por valor de unos 380 millones de dólares.

Los mercados estarían a favor de una “consolidación fiscal rápida (…) junto con un realineamiento del tipo de cambio”, añadieron los analistas de JPMorgan, que dicen que ambos son esenciales para estabilizar la economía.

“Los principales retos para cualquier programa de ajuste surgen de las difíciles condiciones iniciales de Bolivia y del incierto nivel de apoyo público a las medidas de austeridad”, señalaron en una nota sobre el resultado electoral.

(Reporte de Marc Jones; Editado en Español por Javier López de Lérida)

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