En busca de ingresos y pese a temores ambientales, Venezuela impulsa producción de carbón

20 oct (Reuters) – Venezuela, que busca ingresos en medio de las sanciones estadounidenses, reanudó recientemente la producción de carbón con una empresa turca y busca exportar más de 10 millones de toneladas este año, según fuentes de la compañía.

Sin embargo, la minería se lleva a cabo sin garantías ambientales, contaminando el aire y el agua, según una fuente de la empresa con conocimiento de las operaciones, líderes indígenas y miembros de las comunidades locales.

El Gobierno ha promocionado lo que afirma es un crecimiento económico del 8,71% en el tercer trimestre, cuando la actividad minera se expandió 7,08%, aunque muchas empresas internacionales abandonaron el país hace tiempo y se espera que la inflación alcance alrededor del 200% este año. En tanto, las petroleras extranjeras deben obtener licencias estadounidenses para operar.

Sin embargo, el carbón está exento de sanciones, lo que allana el camino para la reactivación de la empresa conjunta Carboturven, una sociedad entre la estatal venezolana Carbozulia y la turca Glenmore Dis Ticaret Ve Madencilik A.S.

El aumento de la minería de carbón se asemeja a otros intentos del Gobierno del presidente Nicolás Maduro por diversificar la economía del país, dependiente del petróleo. Es el ejemplo más reciente de la persistencia de la minería de carbón en América Latina, incluso mientras países como Chile se vuelcan hacia las energías renovables.

“Es momento de unir esfuerzos en la construcción de un país próspero, donde cada recurso se convierta en un peldaño más hacia la independencia económica”, declaró Maduro a principios de este año, añadiendo que el impulso al carbón acelerará el crecimiento.

Carbozulia formó la empresa conjunta Carboturven con Glenmore en 2018. Según cinco fuentes de la compañía, la producción en dos minas, Paso Diablo y Mina Norte, en el noroeste del país, se reanudó a finales de diciembre de 2024 tras estar suspendida durante varios años.

Maduro también aprobó este año planes para desarrollar otro proyecto de carbón en el estado Falcón, en la costa noroeste de Venezuela.

La producción de carbón de Venezuela se situó en torno a los 3 millones de toneladas en el primer trimestre de 2025, según datos dados por fuentes de Carbozulia, lo que sitúa al país en camino de superar su producción anual de 8 millones de toneladas de principios de la década de 2000.

El carbón venezolano, de alto valor energético y combustión más limpia, se destina casi en su totalidad a la exportación. Venezuela suministra carbón crudo a Turquía, que lo vende en otros lugares de Europa, declaró un empleado de Paso Diablo, quien pidió permanecer en el anonimato. Añadió que el objetivo era exportar 10 millones de toneladas métricas anuales.

Sin embargo, los recientes ataques a barcos por parte del Ejército estadounidense en el Caribe han detenido las exportaciones, según el empleado, y han obligado a frenar la producción hace una semana, cuando la empresa se quedó sin espacio de almacenamiento.

Ni el Gobierno venezolano ni Carbozulia respondieron a las reiteradas solicitudes de comentarios. Reuters no pudo contactar de inmediato con Carboturven, que no tiene sitio web, ni con su socio turco.

El rastreador comercial Import Genius muestra que Glenmore está registrado como exportador de carbón bituminoso de Palmarejo, en el estado de Zulia.

PREOCUPACIONES AMBIENTALES

Grupos ambientalistas, incluyendo la organización local sin fines de lucro Sociedad Homo et Natura, afirman que las minas vierten sulfato, plomo, cadmio, cianuro y mercurio al río Guasare.

Al menos 12 comunidades indígenas y rurales han sido desplazadas por la minería en los últimos años, según Sociedad Homo et Natura y otros grupos, añadiendo que temen que más comunidades se vean afectadas por la expansión del carbón.

“Estas minas estaban cerradas, estaban en decadencia, pero con el hambre de Maduro están metiendo la mano en todo”, dijo Lusbi Portillo, coordinador de Sociedad Homo et Natura y líder indígena.

Un documento ambiental de Carbozulia, fechado este año y al que Reuters tuvo acceso, enumera posibles medidas de mitigación para la minería de carbón.

Estas incluyen el tratamiento de afluentes domésticos, de aguas aceitosas en minas y la monitorización de aguas superficiales, subterráneas y afluentes; un programa de control de emisiones y un sistema de supresión de polvo. No quedó claro de inmediato cuáles, si es que hay alguna, en funcionamiento en las minas.

El trabajador de Paso Diablo afirmó que había falta de control ambiental. Anteriormente, los monitores instalados en cada comunidad habían medido la contaminación ambiental, pero ya no estaban operativos, afirmó.

Los residentes que viven cerca de las minas afirman que el polvo de carbón está dañando cultivos y viviendas.

“Ya no se puede vivir aquí”, dijo una anciana de una comunidad cercana a Paso Diablo en una entrevista telefónica.

“El carbón está matando a la gente, tenemos carbón en las matas, en las casas, en la ropa, en el agua, y no tenemos ningún beneficio”, dijo, pidiendo permanecer en el anonimato por temor a represalias.

Los residentes compartieron imágenes con Reuters que mostraban pies manchados de polvo de carbón y recipientes de agua potable y casas ennegrecidas.

“Somos unas comunidades pobres que vivimos del pastoreo y los animales se están muriendo por el polvillo”, dijo un indígena de La Guajira, refiriéndose a las cabras, chivos y cerdos, entre otros animales, clave para la supervivencia económica de la comunidad.

“Vivimos en pobreza extrema rodeados de la riqueza del carbón”.

(Reporte de Reuters.; Editado por Javier Leira)

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