Por Ahmed Jadallah y Andrew Mills
DOHA, 17 oct (Reuters) – Hamás tiene intención de mantener el control de la seguridad en Gaza durante un tiempo, dijo a Reuters un alto cargo del grupo, que añadió que no podía comprometerse a que se desarmara, una postura que muestra las dificultades a las que se enfrentan los planes estadounidenses para garantizar el fin de la guerra.
Mohammed Nazzal, miembro del politburó de Hamás, dijo también que el grupo estaba dispuesto a un alto el fuego de hasta cinco años para reconstruir Gaza, con garantías para lo que ocurra después en función de que se dé a los palestinos “horizontes y esperanzas” para la creación de un Estado.
En una entrevista concedida a Reuters en Doha, donde residen desde hace tiempo los políticos de Hamás, Nazzal defendió la represión del grupo en Gaza, donde el lunes llevó a cabo ejecuciones públicas.
Siempre hubo “medidas excepcionales” durante la guerra y los ejecutados eran criminales culpables de matar, dijo.
Si bien Hamás ya ha expresado estas opiniones antes, el momento de los comentarios de Nazzal demuestra los grandes obstáculos que obstruyen los esfuerzos por cimentar el fin total de la guerra en Gaza, días después de que se acordó la primera fase del alto el fuego.
Los comentarios ilustran la gran diferencia entre las postura de Hamás y el plan del presidente estadounidense Donald Trump para Gaza, antes de las negociaciones que se espera aborden las armas de Hamás y cómo se gobierna Gaza.
Al pedírsele un comentario sobre las declaraciones de Nazzal, la oficina del primer ministro israelí dijo que estaban comprometidos con el acuerdo de alto el fuego y seguía defendiendo y cumpliendo su parte del plan.
“Se supone que Hamás debe liberar a todos los rehenes en la fase 1. No lo ha hecho. Hamás sabe dónde están los cuerpos de nuestros rehenes. Hamás debe ser desarmado en virtud de este acuerdo. No hay peros que valgan. No lo han hecho. Hamás debe cumplir el plan de 20 puntos. Se les está acabando el tiempo”, dijo en una declaración a Reuters.
El plan de Trump del 29 de septiembre exigía a Hamás la devolución inmediata de todos los rehenes antes de comprometerse al desarme y ceder la gobernanza de Gaza a un comité tecnocrático supervisado por un organismo internacional de transición.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, apoyó el plan, afirmando que desmantelaría las capacidades militares de Hamás, pondría fin a su dominio político y garantizaría que Gaza no volviera a suponer una amenaza para Israel.
Golpeado por Israel en la guerra, el grupo islamista palestino está sometido a una intensa presión para que se desarme y ceda el control de Gaza o se arriesgue a una reanudación del conflicto.
A la pregunta de si Hamás abandonaría las armas, Nazzal respondió el miércoles: “No puedo responder con un sí o un no. Francamente, depende de la naturaleza del proyecto. El proyecto de desarme del que habla, ¿qué significa? ¿A quién se entregarán las armas?”.
(Contribución de Imad Creidi en Doha; Redacción de Tom Perry y Angus McDowall; edición en español de Javier López de Lérida)