Por Rodrigo Campos
17 oct (Reuters) – América Latina y el Caribe enfrentan un crecimiento más lento y persistentes presiones inflacionarias a medida que la economía mundial se ajusta a importantes cambios de política y a la persistente tensión geopolítica, dijo el viernes el Fondo Monetario Internacional en su Perspectiva Económica Regional.
El FMI anunció el martes que espera que la región crezca un 2,4% este año y un 2,3% en 2026 a medida que se desvanece la recuperación pospandémica y las tensiones comerciales mundiales pesan. A pesar de la desaceleración de la inflación, se prevé que varios países aún no alcancen sus objetivos.
En sus Perspectivas de la Economía Mundial, el FMI mejoró su pronóstico de crecimiento mundial para este año debido a los efectos más leves de lo previsto de los choques arancelarios y a unas condiciones financieras más favorables.
El FMI indicó que los gobiernos de la región deberían estabilizar la deuda, coordinar las políticas fiscales y monetarias y facilitar el crecimiento de las empresas. Advirtió que los retrasos podrían dificultar incluso el cumplimiento de estas modestas previsiones de crecimiento.
La deuda está nuevamente cerca de los máximos alcanzados durante la pandemia de COVID.
El FMI estima que para Brasil, Chile, Colombia, México, Paraguay, Perú y Uruguay, las economías más grandes de la región, excluida Argentina, los gobiernos necesitan aumentar los saldos primarios en alrededor de 1,5 puntos porcentuales del PIB en comparación con 2024 para evitar que los ratios de deuda empeoren.
“Ya sea el gasto o los ingresos (…) esos factores importan en casi toda la región”, afirmó Rodrigo Valdés, director saliente del FMI para el Hemisferio Occidental. “Hay muchas deducciones en los códigos tributarios (…) la base imponible es menor de lo que debería ser”.
PLANES CREÍBLES
El FMI exigió planes fiscales plurianuales creíbles, una mejor recaudación de impuestos y un gasto más eficiente. El objetivo, afirmó, debería ser estabilizar la deuda sin recortar la inversión ni los programas sociales básicos.
Valdés, quien asumirá como director del departamento de asuntos fiscales del FMI el 27 de octubre, señaló que “siempre es políticamente muy difícil, pero nunca es demasiado tarde para implementar un plan que sea creíble”.
Tal credibilidad, dijo Valdés, puede ayudar a atraer inversión. “Si crees que la economía crecerá más rápido en dos o tres años, inviertes hoy (…) El punto clave es cómo crear un paquete que sea una secuencia de medidas que hagan tangible o creíble que esto sucederá”, destacó.
El FMI advirtió sobre el riesgo de señales contradictorias de las autoridades fiscales y monetarias. Destacó a Brasil y México como países clave donde esto podría ser relevante.
“La falta de coordinación es un problema, como conducir un automóvil con dos personas al volante, uno frenando y el otro acelerando. Eso no es bueno”, dijo Valdés.
El FMI enfatizó que los bancos centrales funcionan mejor cuando las finanzas públicas son estables. Un alto nivel de deuda y señales fiscales débiles pueden limitar el impacto de las fluctuaciones de las tasas de interés y socavar la confianza en la combinación de políticas.
La entidad prevé que el crecimiento potencial se estancará en torno al 2,5%, mucho menos que en otros mercados emergentes. Señaló como problemas la baja productividad, el exceso de burocracia y la insuficiencia del comercio regional.
(Reporte de Rodrigo Campos en Nueva York; Editado en español por Javier Leira)