Por Panu Wongcha-um y Devjyot Ghoshal
BANGKOK/NOM PEN, 16 oct (Reuters) -El 16 de julio, el subteniente del ejército tailandés Baramee Sricha patrullaba cerca de un tramo de la frontera entre Tailandia y Camboya cuando un miembro de su equipo pisó una mina terrestre que explotó y le cortó el tobillo.
El incidente fue el catalizador de cinco días de hostilidades entre los dos países, que terminaron con un alto el fuego mediado por Estados Unidos. También desencadenó una disputa diplomática sobre las PMN-2, unas minas antipersona de origen soviético que plagan parte de Camboya y que Nom Pen y Bangkok se han comprometido por tratado a no utilizar.
Tailandia acusa a Camboya de colocar las minas en partes de su frontera común y afirma que las PMN-2 han mutilado al menos a seis soldados tailandeses desde julio, incluido el miembro de la patrulla de Baramee.
Camboya niega las acusaciones. Afirma que algunos soldados tailandeses pisaron artefactos que no eran PMN-2 colocados durante una guerra civil que duró décadas y que dejó a Camboya como uno de los países más minados del mundo.
Desde entonces, Nom Pen se ha posicionado como defensor mundial contra el uso de minas terrestres. En los últimos 30 años ha invertido unos 1.000 millones de dólares, junto con donantes extranjeros, en operaciones de desminado.
Según Yeshua Moser-Puangsuwan, de Landmine Monitor, que forma parte de la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Terrestres, cualquier uso de minas antipersona por parte de Camboya, donde decenas de miles de personas han muerto o han quedado mutiladas por este tipo de artefactos desde 1979, supondría un retroceso decepcionante en décadas de compromisos públicos.
Además, el uso de las minas se produciría justo cuando algunas naciones europeas amenazadas por Rusia se están retirando de la Convención de Ottawa, que prohíbe el uso de minas antipersona. Se unen así a grandes potencias como Washington, Moscú y Pekín, que no son signatarias del tratado.
El ejército tailandés proporcionó a Reuters acceso a vídeos y fotografías de lo que, según dijo, fueron operaciones posteriores de desminado con PMN-2 llevadas a cabo por sus soldados alrededor del lugar del incidente del 16 de julio, así como de otra explosión de minas en la zona fronteriza el 23 de julio.
En agosto, durante una visita a unidades militares tailandesas de primera línea, la agencia de noticias fotografió la metralla que los militares dijeron haber recuperado de esos incidentes, así como imágenes de decenas de minas intactas que Tailandia dijo haber recuperado a lo largo de la zona fronteriza.
Reuters examinó los metadatos de siete de las imágenes suministradas, que muestran que fueron tomadas al mismo tiempo que las operaciones tailandesas de desminado llevadas a cabo a lo largo de la frontera entre el 18 y el 23 de julio, que figuraban en dos documentos militares sin fecha sobre minas terrestres en la frontera vistos por la agencia de noticias.
Los metadatos no incluían información sobre la ubicación y Reuters no pudo confirmar de forma independiente dónde se tomaron las imágenes.
Cuatro expertos independientes en minas terrestres, a los que Reuters pidió que evaluaran el material, afirmaron que las imágenes mostraban PMN-2 recién colocadas. Sin embargo, los analistas no pudieron determinar quién había colocado los artefactos.
La Autoridad Camboyana de Acción contra las Minas y Asistencia a las Víctimas (CMAA, por sus siglas en inglés), organismo gubernamental que supervisa las actividades de desminado, dijo a Reuters que solo se podría tomar una decisión sobre los incidentes tras una investigación imparcial por parte de terceros. El ejército camboyano no tiene reservas de minas antipersona activas, añadió.
El vicepresidente primero de la CMAA, Ly Thuch, que depende directamente del primer ministro Hun Manet, afirmó que el aspecto visual por sí solo no es una prueba concluyente de la antigüedad.
“Los factores medioambientales y de alteración pueden hacer que los objetos enterrados desde hace mucho tiempo parezcan relativamente recientes”, dijo a Reuters.
Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores tailandés dijo que las investigaciones de Bangkok habían determinado que las minas terrestres que hirieron a sus soldados eran PMN-2 recién colocadas: “Se encontraron en estado nuevo, todavía con marcas claramente visibles”.
Bangkok es un antiguo aliado de Estados Unidos que no tenía un acceso generalizado a las municiones de origen soviético y afirma que nunca ha desplegado las PMN-2.
El Ministerio de Defensa de Rusia, que anteriormente dijo que había dejado de fabricar minas del tipo PMN-2 a finales de la década de 1990, no respondió a las preguntas de Reuters.
(Información adicional de Juarawee Kittisilpa y Vinaya K; edición de Katerina Ang; edición en español de María Bayarri Cárdenas)