LONDRES, 16 oct (Reuters) -El intento del primer ministro británico, Keir Starmer, de dar por zanjado un caso de espionaje chino archivado mediante la publicación de declaraciones de los testigos ha suscitado más interrogantes para el sistema legal y para un mandatario que lucha contra bajos índices de popularidad.
El Servicio de Fiscalía de la Corona (CPS, por sus siglas en inglés) retiró inesperadamente el mes pasado los cargos contra dos británicos, el exinvestigador parlamentario Christopher Cash y el académico Christopher Berry, acusados de espiar para Pekín entre 2021 y 2023. Habían negado haber pasado información políticamente sensible al Estado chino.
El CPS dijo que el caso se retiró porque necesitaba pruebas que demostraran que Reino Unido consideraba a China una amenaza para la seguridad nacional, pero el Gobierno no las había proporcionado después de meses de solicitudes.
LAS DECLARACIONES NO CALIFICARON INEQUÍVOCAMENTE A CHINA DE ENEMIGO
Tras las acusaciones de que los ministros podrían haber interferido en el caso para apaciguar a China, el Gobierno de Starmer hizo públicas a última hora del miércoles tres declaraciones de testigos del viceconsejero de Seguridad Nacional británico.
Aunque los documentos recién publicados detallaban la actividad maligna china, no afirmaban de forma inequívoca que Reino Unido viera a China como una potencia enemiga, una frase que, según Starmer, era necesaria para que el sistema legal siguiera adelante con el caso y que el anterior Gobierno conservador en el poder en aquel momento no había utilizado.
En su primera declaración, fechada el 12 de diciembre de 2023, el viceconsejero de Seguridad Nacional Matthew Collins dijo: “Es mi valoración que las presuntas actividades de los sospechosos eran perjudiciales para la seguridad o los intereses del Reino Unido, y que la información y el material transmitidos serían directa o indirectamente útiles para el Estado chino”.
En una segunda declaración, Collins añadió: “Es importante para mí subrayar, sin embargo, que el Gobierno está comprometido a mantener una relación económica positiva con China.”
BÚSQUEDA DE LAZOS MÁS ESTRECHOS EN POS DEL CRECIMIENTO
El Gobierno de Starmer ha intentado estrechar lazos con China en su búsqueda de crecimiento económico, empleando lo que denomina un “enfoque de las tres C”: competir, cooperar y confrontar.
Tras la publicación de los documentos, un portavoz de los conservadores de la oposición dijo que había “muchas preguntas sin respuesta sobre este escándalo, desde el papel del asesor de seguridad nacional hasta la posible implicación o conocimiento de los ministros”.
Starmer, cuya popularidad se ha hundido al nivel más bajo registrado desde que llegó al poder el año pasado, ha dicho que los ministros y su asesor de seguridad nacional no habían desempeñado ningún papel en el caso, y que Collins, funcionario del Gobierno, había ofrecido todas las pruebas que pudo.
Algunos analistas afirmaron que aún quedan preguntas pendientes para la CPS.
El comentarista jurídico Joshua Rozenberg escribió en la plataforma de publicación Substack: “Es difícil ver cómo las acusaciones específicas de espionaje podrían no ser una amenaza para la seguridad nacional. Se necesitan respuestas de los fiscales”.
(Información de Elizabeth Piper; edición de Alex Richardson; edición en español de Paula Villalba)