Siete hombres son condenados a un total de 174 años de cárcel por captación de menores en Reino Unido

LONDRES, 1 oct (Reuters) – Siete hombres que explotaron sexualmente a dos niñas vulnerables en el norte de Inglaterra fueron condenados el miércoles a un total de 174 años de cárcel, tras ser declarados culpables en el más reciente juicio sobre un escándalo de bandas de captación de menores que han operado por décadas.

Los hombres fueron hallados culpables en junio tras un juicio que incluyó un total de 50 delitos, 30 de los cuales eran violaciones, cometidos entre 2001 y 2006.

El fiscal Rossano Scamardella dijo a los jurados, al inicio del proceso celebrado en el Manchester Minshull Street Crown Court, que las dos víctimas del grupo eran “compartidas para tener relaciones sexuales, ser abusadas, degradadas y luego desechadas”.

Scamardella también dijo que las dos chicas eran conocidas por los servicios sociales y que “no era ningún secreto” que mantenían relaciones sexuales con hombres sudasiáticos mayores como los acusados, una situación con similitudes a las de otras bandas de captación de menores.

Todos los hombres habían negado los cargos, pero fueron declarados culpables por unanimidad y fueron condenados el miércoles a penas de entre 12 y 35 años de cárcel, informó la Fiscalía de la Corona británica.

El escándalo volvió a la primera plana de la agenda política británica este año tras las críticas de Elon Musk al primer ministro Keir Starmer.

El propietario de la plataforma de redes sociales X acusó a Starmer de no haber abordado el escándalo cuando era fiscal jefe británico, lo que Starmer rechazó airadamente.

En junio, Starmer anunció que aceptaría la recomendación de abrir una investigación nacional sobre las bandas de captación de menores que abusaron sexualmente de miles de niñas, un día después de que los siete hombres fueron condenados.

Una investigación de 2014 concluyó que al menos 1.400 niños fueron víctimas de explotación sexual en Rotherham, en el norte de Inglaterra, entre 1997 y 2013.

El informe señalaba que la mayoría de los agresores conocidos eran de ascendencia paquistaní y que, en algunos casos, los funcionarios locales y otros organismos habían sido cautelosos a la hora de identificar los orígenes étnicos por miedo a alterar la cohesión de la comunidad o a ser considerados racistas.

Las bandas de captación de menores de otros pueblos y ciudades de Inglaterra también han dado lugar a enjuiciamientos penales e investigaciones locales.

(Reporte de Sam Tobin, Editado en Español por Ricardo Figueroa)