Por Oliver Griffin
DOMINGOS MARTINS, Brasil, 1 oct (Reuters) – El sector cafetero brasileño está pasando por un mal momento debido a los aranceles punitivos de Estados Unidos, pero una especialidad de café que pasa por el tracto digestivo del exótico pájaro jacu está saliendo de esta situación sin mayores problemas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso un arancel del 50% a los productos brasileños en agosto, en medio de una disputa con el líder izquierdista de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Fue un duro golpe para las marcas de café premium de Brasil, que tenían a los estadounidenses como sus consumidores más ávidos.
No obstante, cuando las exportaciones brasileñas de café de calidad empezaron a caer en picado, un peculiar brebaje desafió la recesión atrayendo a consumidores japoneses, británicos y, cada vez más, brasileños, insinuando que el futuro de las especialidades de café del país puede depender de ir más allá de su mayor mercado tradicional.
A los estadounidenses, en cambio, no les gusta mucho el café de pájaro jacu, un arábica de gama alta que es comido, digerido y defecado por un ave nativa de la Mata Atlántica brasileña antes de convertirse en infusión.
“Los estadounidenses (…) no tienen la misma visión que los japoneses, los asiáticos, la gente de Arabia Saudita, los europeos, de buscar este tipo de calidad”, dijo a la prensa Henrique Sloper, productor del café Jacu Bird. “Así que, para nosotros, no afecta en nada en el caso específico de este producto”.
El café Jacu Bird es apreciado por su aroma floral y su equilibrada acidez, cualidades que se derivan de la naturaleza absorbente de los granos y del proceso digestivo del ave, según Rogerio Lemke, supervisor agrícola de Fazenda Camocim, la granja que está detrás de su producción.
“El jacu no sólo come café, también come frutas, y dentro de su buche, el grano de café absorbe las características de estas frutas en el grano también”, dijo Lemke junto a un secadero de heces de jacu, repletas de granos de café.
Los jacús que deambulan por los cafetales de Fazenda Camocim son una especie de penélope, grandes aves frugívoras que se encuentran en toda América Latina. La granja tuvo la idea de contar con su ayuda tras verlos picotear granos de café maduro, recordando el famoso café Kopi Luwak de Indonesia, elaborado con granos que pasan por el sistema digestivo de las civetas.
Sin embargo, aunque el café Jacu Bird -que puede llegar a costar unos 1.300 dólares el kilo- no ha visto afectadas sus ventas, no puede decirse lo mismo del resto del sector de cafés de especialidad de Brasil.
Según la Asociación Brasileña de Cafés Especiales, las exportaciones de cafés de especialidad de Brasil -primer productor cafetero mundial- a Estados Unidos -primer consumidor mundial de esta bebida- disminuyeron casi un 70% en agosto con respecto a julio.
Aunque la asociación aún no ha publicado las cifras de exportación de septiembre, la situación del café de especialidad brasileño sigue siendo ruinosa, según dijo a Reuters Marcio Ferreira, presidente del grupo de exportadores de café de Brasil, Cecafé, a principios de este mes.
“La mayor caída de las importaciones de café brasileño se produjo en los cafés de especialidad”, comentó, citando el impacto de los aranceles sobre el costo de la prima de los granos especiales.
Así, mientras la dispersión geográfica del café Jacu Bird significa que ha esquivado los aranceles de Trump, los cargos representan un momento difícil para los otros cafés de Fazenda Camocim, que constituyen la mayor parte de su producción anual, agregó Sloper, director ejecutivo de la granja.
“Estados Unidos es el mayor mercado de café del planeta (y) no vamos a entrar en Estados Unidos”, indicó. “A corto plazo es muy malo, pero a medio y largo plazo puede obligarnos a abrir otros mercados”.
(Editado en español por Carlos Serrano)