Por Andy Sullivan, Richard Cowan, Bo Erickson y David Morgan
WASHINGTON, 30 sep (Reuters) – Washington se preparaba el martes para un inminente cierre del Gobierno, ya que parecía improbable que republicanos y demócratas llegaran a un acuerdo para prolongar la financiación más allá de la medianoche.
El Senado, controlado por los republicanos, votaría un proyecto de ley de gastos temporales que ya fracasó una vez, y no hay indicios de que una segunda votación vaya a tener éxito. Los demócratas quieren modificar el proyecto de ley para ampliar las prestaciones sanitarias de millones de estadounidenses que expiran a finales de año. Los republicanos dicen que deben abordar esa cuestión por separado.
Las agencias federales, por su parte, publicaron planes detallados para cerrar las oficinas de investigación científica, atención al cliente y otras actividades no consideradas “esenciales”, y enviar a miles de trabajadores a casa si el Congreso no acuerda una solución antes de que expire la financiación a medianoche (0400 GMT del miércoles).
Las aerolíneas advirtieron que un cierre podría ralentizar los vuelos, mientras que el Departamento de Trabajo dijo que no publicaría su informe mensual sobre el desempleo, un barómetro muy seguido de la salud económica.
Los demócratas buscaron abrir una brecha entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y sus aliados republicanos en el Congreso, diciendo que el mandatario mostró interés en extender una exención fiscal que reduce los costos de salud para 24 millones de estadounidenses en una reunión en la Casa Blanca el lunes.
“Está en manos del presidente si evitamos un cierre”, dijo el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, tras la reunión.
El vicepresidente JD Vance dijo que los demócratas habían propuesto algunas ideas “razonables” en la reunión, pero que no debían amenazar con cerrar el Gobierno para lograr sus objetivos.
Cualquier acuerdo de última hora también tendría que ser aprobado por la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, que no se reunirá hasta el miércoles, después de que expire la financiación.
Los enfrentamientos relacionados con el presupuesto se han convertido en una rutina en Washington a medida que la política del país se ha vuelto cada vez más disfuncional, aunque a menudo se resuelven en el último minuto. El gobierno cerró por última vez durante 35 días en 2018 y 2019, durante el primer mandato de Trump, debido a una disputa sobre inmigración.
En cuestión están 1,7 billones de dólares que financian las operaciones de las agencias, lo que equivale aproximadamente a una cuarta parte del presupuesto total de 7 billones de dólares del gobierno. Gran parte del resto se destina a programas de salud y jubilación y al pago de intereses de la creciente deuda de 37,5 billones de dólares.
EL GOBIERNO AMENAZA CON MÁS DESPIDOS
La disposición de Trump a ignorar las leyes de gasto aprobadas por el Congreso ha inyectado más incertidumbre esta vez, y ha amenazado con extender su purga de la fuerza de trabajo federal si el Congreso permite que el gobierno cierre.
En primavera, ordenó a las agencias federales que consideraran el despido de empleados “no esenciales” a los que normalmente se les ordenaría no trabajar durante un cierre.
“Si el Congreso no hace su trabajo, entonces se permite que el poder ejecutivo lo haga como mejor le parezca. Es una muy buena razón por la que no deberíamos tener un cierre”, dijo el senador republicano Mike Rounds, de Dakota del Sur.
Trump también se ha negado a gastar miles de millones de dólares aprobados por el Congreso, lo que ha llevado a algunos demócratas a preguntarse por qué deberían votar a favor de cualquier legislación de gasto. Aunque los republicanos controlan ambas cámaras del Congreso, necesitan al menos siete votos demócratas para aprobar una ley en el Senado.
Junto con los subsidios de salud extendidos, los demócratas también han tratado de garantizar que Trump no pueda deshacer esos cambios si convierten en ley. Los demócratas también han tratado de restablecer los recortes de Trump a la radiodifusión pública y otros programas, aunque parecían abandonar esas demandas el lunes.
(Reporte de Richard Cowan y Bo Erickson en Washington; reporte adicional de David Morgan y Trevor Hunnicutt en Washington; Escrito por Andy Sullivan; Editado en Español por Ricardo Figueroa)