27 sep (Reuters) -l presidente de Colombia, Gustavo Petro, restó el sábado importancia a la decisión de Estados Unidos de revocarle su visa de ingreso a ese país y denunció que Washington incumple el derecho internacional por sus críticas al “genocidio” de Israel en Gaza.
El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció el viernes en la noche que revocará la visa al mandatario colombiano después de que salió a las calles de Nueva York y en una manifestación a favor de Palestina instó a los soldados estadounidenses a desobedecer las órdenes del presidente Donald Trump para no atacar en Gaza.
El presidente de Colombia insistió en su iniciativa de conformar un ejército internacional más poderoso que el de Estados Unidos para luchar por la liberación de Palestina.
“Llego a Bogotá. Ya no tengo visa para viajar a Estados Unidos. No me importa. No necesito visa (…) porque no solo soy ciudadano colombiano sino ciudadano europeo, y en realidad me considero una persona libre en el mundo”, escribió Petro en su cuenta de X.
“El que se me quite la visa por pedirle al ejército de Estados Unidos y de Israel que no apoyen un genocidio, que es un crimen contra la humanidad toda, demuestran que el Gobierno de Estados Unidos ya no cumple con el derecho internacional. La sede de Naciones Unidas no puede continuar en Nueva York”, agregó.
Más tarde, la cancillería colombiana en un comunicado dijo que usar la revocación de visas como arma diplomática contradice el espíritu de la ONU, que protege el derecho de la libertad de expresión y de opinión.
“Sería imprescindible la búsqueda de un país sede completamente neutral (…) que fuera la propia Organización que expidiera una autorización para ingresar al territorio de ese nuevo Estado-sede, con apego al derecho internacional”, agregó.
Petro no es el primer presidente colombiano al que Estados Unidos le revoca la visa. En 1996 la visa del entonces presidente Ernesto Samper fue cancelada en medio de un escándalo por acusaciones de que el Cartel de Cali financió con cinco millones de dólares la campaña política que lo llevó al poder.
Las relaciones entre Bogotá y Washington han estado tensas desde que Trump regresó a la presidencia. En enero, Petro impidió el aterrizaje de vuelos militares procedentes de Estados Unidos con inmigrantes deportados, por lo que Trump amenazó con imponer aranceles, sanciones y cancelar visas a funcionarios colombianos. Luego ambos países lograron un acuerdo sobre los vuelos de deportación.
Posteriormente, a comienzos de julio, Colombia y Estados Unidos retiraron a sus embajadores llamándolos a consultas, después que Petro acusó a funcionarios estadounidenses de estar involucrados en un supuesto golpe de Estado para derrocarlo, lo que el Departamento de Estado calificó como “declaraciones infundadas y censurables de las más altas instancias”.
A mediados de septiembre, Estados Unidos “descertificó” la lucha contra el narcotráfico del Gobierno de Petro al considerar que incumplió con sus obligaciones durante el último año, aunque Washington anunció que podría reconsiderar la decisión.
El mandatario colombiano criticó la decisión del Gobierno de Trump frente a su política contra las drogas y sostuvo que las Fuerzas Armadas de su país han confiscado cargamentos de cocaína sin precedentes.
El presidente de Colombia es un abierto opositor a la guerra de Israel en Gaza y un fuerte crítico de las políticas de Trump. En 2024 rompió relaciones diplomáticas con Israel y prohibió las exportaciones de carbón a ese país.
Israel ha negado repetidamente las acusaciones de genocidio por sus acciones en Gaza y afirma que actúa en defensa propia.
Las imágenes de palestinos muriendo de hambre, incluidos niños, han provocado indignación mundial del ataque israelí contra Gaza, que ha matado a decenas de miles de personas y desplazado internamente a la población gazatí. Múltiples expertos en derechos humanos, académicos y una investigación de la ONU afirman que constituye genocidio.
(Reporte de Luis Jaime Acosta. Editado por Mayela Armas)