Por Jody Godoy
23 sep (Reuters) – La asociación de 100.000 millones de dólares entre el fabricante de chips de IA Nvidia y la empresa líder en inteligencia artificial OpenAI podría dar a ambas compañías una ventaja injusta sobre sus competidores, dicen expertos.
La operación pone de relieve el creciente solapamiento de los intereses financieros de los distintos gigantes tecnológicos que desarrollan sistemas avanzados de inteligencia artificial, y la posibilidad de que un número cada vez menor de actores clave desbanque a los rivales más pequeños.
Esto “plantea importantes problemas antimonopolio”, dijo Andre Barlow, abogado antimonopolio de Doyle, Barlow & Mazard, quien también señaló que el Gobierno del presidente Donald Trump ha adoptado un enfoque favorable a las empresas en materia de regulación, eliminando los obstáculos que podrían frenar el crecimiento de la IA.
Y aunque desatar el dominio de Estados Unidos en inteligencia artificial eliminando regulaciones y creando incentivos para el crecimiento es una de las prioridades de Trump, un funcionario del Departamento de Justicia dijo la semana pasada que estimular la innovación protegiendo la competencia en IA aplicando la ley antimonopolio también forma parte del plan de Trump para el sector.
“La cuestión es si las agencias ven esta inversión como favorable al crecimiento o como algo que podría frenar el crecimiento de la IA”, dijo Barlow.
Nvidia tiene más de la mitad del mercado de los chips de GPU que potencian los centros de datos que alimentan los modelos y aplicaciones de inteligencia artificial, como ChatGPT de OpenAI.
Esa posición dominante en el mercado hace temer que Nvidia favorezca a OpenAI frente a otros clientes con mejores precios o plazos de entrega más rápidos, dijo Rebecca Haw Allensworth, profesora de antimonopolio en la Facultad de Derecho de Vanderbilt.
“Están financieramente interesados en el éxito del otro. Eso crea un incentivo para que Nvidia no venda chips a otros competidores de OpenAI, o no se los venda en las mismas condiciones”, dijo Allensworth.
Un portavoz de Nvidia dijo que su inversión en OpenAI no cambiaría su enfoque.
“Seguiremos dando la máxima prioridad a cada cliente, con o sin participación en el capital”, afirmó el portavoz.
OpenAI no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
La mayor base de clientes de Nvidia ya está relativamente concentrada: los dos mayores compradores representaron el 23% y el 16% de sus ingresos en el segundo trimestre de este año, según sus archivos financieros, que no nombran a los compradores.
El alcance del acuerdo del lunes -bajo el que Nvidia invertiría hasta 100.000 millones de dólares en OpenAI, y esta última compraría millones de chips a Nvidia- demuestra “lo cara que se ha vuelto la IA de frontera”, afirma Sarah Kreps, directora del Tech Policy Institute de la Universidad de Cornell.
“El costo de los chips, los centros de datos y la energía ha empujado a la industria hacia un puñado de empresas capaces de financiar proyectos a esa escala”, dijo Kreps.
Durante la presidencia de Joe Biden, el Departamento de Justicia y la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos se pusieron en guardia contra las acciones anticompetitivas de las grandes empresas tecnológicas en el espacio de la IA, advirtiendo que dichas empresas podrían utilizar su escala existente para dominar el campo naciente.
Bajo Trump, ambas agencias han continuado otros casos contra compañías “Big Tech”, y la jefa de la división antimonopolio del DOJ, Gail Slater, dijo el jueves que la ejecución de la ley “debe centrarse en prevenir la conducta excluyente sobre los recursos que se necesitan para construir sistemas y productos competitivos de IA”.
“La dinámica competitiva de cada capa del sector de IA y cómo se interrelacionan, con especial atención a la conducta excluyente que impide el acceso a insumos clave y canales de distribución, son áreas legítimas para la investigación antimonopolio”, dijo.
(Reporte de Jody Godoy; Editado en Español por Ricardo Figueroa)