Por Philip Blenkinsop
BRUSELAS, 8 jun (Reuters) – La Comisión Europea propuso el jueves un nuevo órgano de ética para establecer normas de conducta en todas las instituciones de la UE, cuya imagen se ha visto empañada por un escándalo de corrupción que afectó al Parlamento Europeo a finales del año pasado.
La creación de un órgano de ética se hizo más urgente después de que Bélgica acusara a eurodiputados y otras personas vinculadas al Parlamento de recibir dinero en metálico del anfitrión del Mundial, Qatar, para influir en sus decisiones. El país del Golfo ha negado haber cometido irregularidades.
El nuevo órgano, con representantes de las instituciones y cinco expertos independientes, tratará de acordar normas comunes antes de las elecciones parlamentarias de junio de 2024, que desencadenarán una revisión de los altos cargos en Bruselas.
“La democracia sólo puede prosperar si los ciudadanos confían en sus instituciones. La gente en toda Europa no distingue si un escándalo se ha originado en una u otra institución”, dijo la vicepresidenta de la Comisión, Vera Jourova, en un comunicado.
En una encuesta realizada el martes, el 60% de los ciudadanos de la UE dijeron estar insatisfechos con los esfuerzos de la UE para luchar contra la corrupción en general, un aumento de 12 puntos porcentuales desde mediados de 2019.
Las normas se aplicarán a más de 1.000 cargos de la UE, incluidos los miembros del consejo del Banco Central Europeo, los jueces del Tribunal de Justicia Europeo y los miembros del Parlamento Europeo (eurodiputados).
El nuevo organismo no abrirá investigaciones, como querían algunos, pero establecerá normas sobre aceptación de regalos, hospitalidad o viajes, reuniones con grupos de presión, intereses financieros y sobre las condiciones de las actividades una vez finalizado el mandato.
Las normas se considerarán mínimas y no diluirán directrices más estrictas, como las relativas a los intereses financieros de los altos cargos del BCE. Podrían endurecer las normas para los eurodiputados que no están obligados a declarar viajes y otras prebendas o gastos pagados por terceros.
Probablemente, cada institución tendría que actualizar los procedimientos actuales para hacer frente a las infracciones, y el órgano de ética supervisaría el cumplimiento y fomentaría la transparencia.
(Reporte de Philip Blenkinsop; Edición de Bernadette Baum, editado en español por José Muñoz)











